Por si las voces vuelven, un libro dedicado a las voces tras una experiencia en un hospital psiquiátrico
Piensa en un actor famoso, un narrador nato, un hombre de éxito: ¿Lo tienes? Bien, ahora imagina que de repente este personaje se encuentra atado a la cama de un hospital psiquiátrico. Eso es lo que le pasó a uno de los humoristas más prestigiosos de España en 2017: el cómico, presentador y actor Ángel Martín sufrió un brote psicológico, una experiencia que ahora considera la mejor que le pudo pasar.
«No tengo ni idea de cuándo empezó a formarse mi locura. A lo mejor nací genéticamente predispuesto. A lo mejor fui macerando una depresión al callarme ciertas cosas dentro para no preocupar a los demás. O a lo mejor simplemente hay cerebros que de la noche a la mañana hacen crec y se acabó.»
Ángel Martín cuenta su experiencia como paciente psiquiátrico en el libro ‘Por si las voces vuelven’, publicado por Planeta. Un vademécum de consejos no sólo para él mismo, casi como para crear una especie de manual con todos los mecanismos del avance de la locura, sino también para todos los lectores que puedan, de un día a otro, tener la misma experiencia.
En realidad, no es necesario estar ingresado en un hospital psiquiátrico para tomarse la vida por su cuenta, explica. No hace falta tocar fondo para empezar a reconstruirse desde cero. Un proceso que ha afrontado en primera persona y que relata casi como un camino purificador, sin perder nunca la ironía que le distingue.
¿Cuál es el límite entre el que está cuerdo y el que no lo está?
Este fascinante viaje al interior de los mecanismos de la mente crea una especie de permeabilidad entre el autor y el lector. Martín nos adentra en la «enfermedad mental» a través de muchos ejemplos concretos: intenta pensar en una frase que te decía tu madre de pequeño. ¿La escuchas con tu propia voz o con la de ella? ¿Y estás leyendo estas líneas con mi voz o con la tuya? Todo el mundo está lleno de voces de familiares, amigos, personajes, la diferencia entre los que se consideran «locos» y los que no, es si las mantenerlos o no bajo control.
¿Quién marca la línea? ¿Quién decide que a partir de ese momento ciertos comportamientos son raros? Cuando Martín veía una mariposa blanca, la veía como un signo positivo, hay gente que cuando ve una mariposa blanca piensa en lo bien que quedaría disecada sobre un chorro en su cuarto. Mientras el autor sufría el trastorno mental, todo el Universo le enviaba señales: si un color se cruzaba en su camino, significaba que estaba tomando una decisión en lugar de otra. Esto se consideraba parte de la locura. Hay personas que se juegan ciertas cosas tirando una moneda a cara o cruz. ¿Quién decide cuándo es legítima la interpretación de las señales?
El miedo a hablar de nuevo
El actor cuenta su experiencia con la locura casi como si hubiera hecho un viaje a una realidad paralela. Podía viajar en el tiempo, volver a su yo del pasado o enfrentarse a su yo del futuro. Vivió numerosas tramas, vio el mundo de forma más compleja de lo que se presenta a la mayoría de la gente. Confiaba en los pequeños detalles, veía la Luna más cerca, hablaba telepáticamente con los perros, los colores aparecían más vivos.
Después de una experiencia tan intensa, al restablecer la «normalidad» una vez fuera del hospital psiquiátrico, el autor recuerda el miedo a volver a hablar. El miedo a decir algo que haga que lo encierren de nuevo. El miedo a no poder volver a escribir algo interesante, hasta viajar al pasado, encontrarse con el yo que había escrito los primeros monólogos hace tiempo y recuperar la confianza, afortunadamente.
Por si las voces vuelven no es sólo una forma de exorcizar un período turbulento, ni tampoco una simple advertencia para el eventual regreso de las voces. Es una declaración de amor hacia cada uno de nosotros, para que cada uno pueda encontrar dentro de sí mismo, los recursos para ser su mejor versión.
Ernesto Sáenz de Buruaga entrevistó a Ángel Martín por Medicina Responsabile.