Una historia de orígenes desconocidos
Escondido en un viejo granero de las colinas de Asti, hay un paquete de hojas viejas, amarillentas y deterioradas por el tiempo. Escrito en dialecto piamontés, con los trazos en tinta violeta siguiendo un extraño patrón de subida y bajada, encierra una historia de origen desconocida. Estas páginas acaban en manos de Luca Moccafighe, un autor turinés que ha traducido a Jack London, Aleister Crowley, Georg Buchner y ha escrito retratos de Jeff Buckley, Nick Cave y Dario Fo.
Moccafighe traduce y contextualiza el relato, dando vida a su primera obra de ficción, Ombra mai fu, gracias también a la unión con otro turinés que fundó una editorial en Valencia, concretamente Gabriele Nero de El Doctor Sax Beat&Books. La editorial valenciana publica el libro de Moccafighe en italiano.
Una sombra en dos
En el centro de esta historia hay una disputa entre dos hermanos, Bernardo y Celeste. Ambientada probablemente a principios del siglo XX, el telón de fondo es la vida en el campo. La narración se desarrolla con un aura continua de presagio, típica de la antigua rutina campesina que se basaba en las señales: los gritos de los animales, las condiciones meteorológicas, pero sobre todo las anomalías, consideradas verdaderos símbolos de la desgracia.
Los dos hermanos, por una razón que quizá siga siendo incomprensible, sólo tienen una sombra en dos. En lugar de investigar su motivación, esta repentina toma de conciencia desencadena una lucha por conseguir la plena propiedad de la sombra a través de una serie de grotescos expedientes.
La desgracia que persigue a Bernard y Celeste los expone al juicio del pueblo de que se trata de maldiciones y brujería. La sombra se convierte en una obsesión. Es necesario establecer de una vez por todas a quién pertenece.
Una historia que parece absurda y que nos muestra cómo el egoísmo puede dejarnos ciegos. Los dos vivían en la pobreza, sin comodidades y marginados. Más que por el espíritu de compartir, les abruma la avidez, el deseo irrefrenable de tener algo propio. Pero no es sólo la relación entre los dos hermanos la que golpea, todo el pueblo de hecho, es parte de la fechoría. En consonancia con el contexto, el campesinado, todavía analfabeto, señala con el dedo a los «diferentes», se burla de ellos, los engaña.
La sombra parece incapacitar a Bernardo e Celeste, si no en su totalidad de hermanos. Una nueva burla a la vida los pone a prueba, hay que llegar al final para ver si se convierten o no en aliados.